Senyor director,
Cada día que pasa tengo la sensación de vivir en un mundo más distópico. Distópico porque la realidad no es la que es, ni tampoco la que nos dicen que es.
Los responsables políticos, aquellos a los que el pueblo les confía la gestión de sus recursos en el día a día, y que cada 4 años cambian de color, parece que nunca se enteran de lo que pasa en su territorio. Bueno, algunos la primera medida que toman es doblarse su sueldo. Sí, 50.000 euros, euro arriba euro abajo. Eso es realmente lo importante. ¿Llegan a ser conscientes de los recursos que tienen sus ciudadanos para vivir? No, y lo que es peor, tampoco les importa.
Los máximos responsables de los ayuntamientos más poblados del Pallars; Tremp, Isona, Talarn, Guardia de Tremp, entre otros, parece que están haciendo una carrera de fondo para ver quien se lleva más hectáreas de campos fotovoltaicos a su territorio. Sí, una carrera de fondo. De fondo para ver quien es el que más hectáreas le consigue quitar al otro municipio. Money…Money? Mucho se parece a la canción extraída del musical Cabaret donde Liza Minnelli y Joel Grey hacen todo un alegato a lo que para unos, los poderosos, y para otros los pobres sirve. Si no conocéis la película os recomiendo que la veáis y la disfrutéis, y los que la conocéis, no dejéis de visionarla de nuevo, siempre aporta cosas nuevas e interesantes sobre la dignidad humana.
Hectáreas de placer. Esas son las que nuestros políticos se subastan. ¿Placer para quién? ¿Para sus bolsillos? O ¿Para justificar su incompetencia a la hora de resolver los problemas de sus conciudadanos?
En el Pallars están vendiendo el territorio parcheado para la instalación de campos fotovoltaicos, de esta manera les es más fácil a las empresas conseguir el total de hectáreas que quieren, hasta 700. ¿Estarán en la puerta de tu casa? O ¿de la tuya? ¿Las instalaran bordeando el pueblo de Tremp? O no, ¿O de Isona? ¿O de…? Si así fuera los vecinos de sus núcleos más habitados no lo entenderían. Se instalan alrededor de pequeños pueblos considerados socarrales; Suterranya, Orcau, Basturs, Puigmaçana, o quien sabe donde, pero nunca en los núcleos más poblados. Sacrifiquemos, una vez más, a los pequeños en beneficio de los grandes, Barcelona u otras ciudades hambrientas de energía. Como no, continuamos siendo el culo de las grandes ciudades. Siempre pueden plantar placas fotovoltaicas en Collserola y el Tibidabo, a ver que les dicen a la Colau y compañía.
Cuando cruces el puerto de Comiols tendrás que ponerte gafas de sol, dice la primera regidora de Tremp. Vergonzoso que diga esto una señora que está troceando el territorio, pero ella, res… de res… de res… res. Si us plau. Yo vaig neixer ahir.
La primera regidora de Isona lo justifica para pagar la dignidad de envejecer de sus ciudadanos.
El Pallars tiene futuro y no pasa, una vez más, por ser el culo de nadie.
Las energías tienen que ser renovables, verdes y limpias. No se está en contra de las placas solares. Se está encontra del modelo. No podemos volver a repetir el modelo de reconvertir grandes extensiones de tierras fértiles en campos energéticos para la mayoría. El modelo tiene que pasar por la autosuficiencia, de otra manera no hay equilibrio. La energía generada para que sea gestionada por las multinacionales, los fondos de inversión y sus colegas, los políticos que les construyen los marcos legislativos a sus medidas, no son la solución para los ciudadanos.
Los territorios tienen derecho a decidir que hacer con sus tierras. Si quieren imponerlo, tal y como lo están transmitiendo y gestionando, derecho a decidir. ¿Que queremos hacer con nuestros territorios?
Hipólito Sánchez Nuévalos
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